martes, 31 de agosto de 2010

Primera parte (La educación): No son poligoneros, son gilipollas...

Hace unos días fui al McDonald´s de al lado de mi casa a disfrutar de un rico y apetitoso Happy Meal. Todo iba bien, estaba contenta porque hacía mucho que no me tomaba una hamburguesa, pero un individuo me jodió el día. Llevaba el pelo cenicero cubierto por una gorra de Nike, una cadena y un anillo de oro, una camiseta de color negro que ponía Alcatraz, un pantalón de chandal azul de no se sabe de que marca y unas zapatillas negras de Fila. En la cara llevaba un piercing y en la oreja le colgaba la etiqueta de gilipollas. No había duda, se trataba de lo que muchos denominan como 'poligonero'. Por si había alguna duda en su mano derecha llevaba el móvil con la música puesta a todo volumen para llamar la atención de todo el restaurante. Lo que sonaba era lo más infernal que mis oídos habían soportado jamás; una mezcla de flamenco con rumba que sonaba como si estuviesen matando a un millón de cerdos a la vez. "¡Menudo hijo de puta!", exclamó un hombre a mi lado.

Hijo de puta no sé, pero la madre que parió a la criatura satánica desde luego debía de ser una zorra de cuidado, porque educación, lo que se dice educación, el chico no tenía. Y lo demostró, una vez más, cuando pidió la comida a la mujer que le atendía: "Un bijmaj jon jojajola y patatas, yastá". Lo peor vino luego. Ya hemos dicho que era gilipollas y que su madre era una zorra, pero lo que no sabíamos es que era torpe, probablemente por la 'coca' que consumía y que hacía que tuviese el sentido del equilibrio descontrolado. 

El caso es que se le cayó la  hamburguesa de la bandeja y acudió de nuevo a la mujer de la caja. "Dame otra hamburjesa ya je se me ha jaido la otra". La mujer respondió: "Primero me dices por favor y luego vemos si te la pongo". Muy buena respuesta, pero enfureció al hijo de la zorra, que dijo: "Tu ejstas aji xa ponérmela". El caso es que tras una pequeña discusión, en la que intervino el tío de seguridad (profesión que tocaré en breve...), al final se la puso...Y todo esta escena con su mierda de música de fondo. Vaya cuadro. 

Al final el hijo de puta, perdón, el hijo de la zorra, dejó la bandeja llena de mierda en la mesa donde estaba comiendo, con la boca abierta por supuesto, y se marchó, limpiándose la grasilla en los pantalones, porque su madre la zorra no le enseñó lo que era una servilleta. 

Salí cabreado del McDonald´s...y salí cabreado porque estoy hasta la cola de que gente sin educación se cruce en mi vida aunque sea por unos segundos. La culpa, como en la mayoría de los casos, es de sus padres o tutores legales, por no haber sido capaces de enseñarle a comportarse como una persona. Y pueden hablarme de que es huérfano, tiene una familia desestructurada o de que su abuela es una bicicleta y no es su abuela, pero eso no justifica que no tenga respeto por nadie y trate mal a la gente porque no tiene derecho. 

He puesto este caso, pero no solo los 'poligoneros', aunque no todos, son así. También lo son muchos ricos a los que les sobra el dinero y que pueden comprar todo...menos la educación.  Y ellos no son 'poligoneros' pero tienen algo en común con ellos; son gilipollas.

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